ANALISIS LITERARIO: YO SOY MALALA

 Análisis Literario Yo Soy Malala









Para comprender mejor el contexto histórico de nuestra protagonista (Malala), diremos que nació el 12 de julio de 1997, y vivió en Mingora, valle de Swat, (Pakistán) la población más grande del valle; de hecho, la única ciudad. Era un lugar pequeño, pero habían llegado muchos emigrantes desde las aldeas próximas y la habían convertido en un lugar sucio y abarrotado. Tiene hoteles, universidad, un campo de golf y un mercado. Lo atraviesa el río Marghazar, cuyas aguas tienen un color marrón lechoso por las bolsas de plástico y la basura que la gente arroja. No son cristalinas, como las corrientes de las zonas montañosas o como el gran río Swat, que está fuera de la ciudad, donde se pescan truchas y adonde Malala y su familia solían ir de vacaciones. Su casa estaba en una zona llamada Gulkada, que significa «lugar de flores», pero antes se llamaba Butkara, «lugar de las estatuas de Buda». Cerca de su casa había un campo en el que había diseminadas extrañas ruinas: esculturas de leones sentados, y columnas rotas. Malala describe su valle con árboles frutales que daban las frutas dulces, como higos, granadas y melocotones, y en el jardín teníamos vides, guayabas y caquis. En el jardín de la entrada había un ciruelo que daba fruta deliciosa. Le encantaba sentarse en la azotea y contemplar las montañas y soñar.

A pesar de que en la sociedad de nuestros personajes los matrimonios suelen concretarlos las familias, con los padres de Malala no ocurre así.

El padre admiraba la belleza de su futura esposa y ella a su vez admiraba su mente, esto, nos lleva a entender que era una familia no convencional, de su cultura, así como también el hecho importante que el padre siempre estuvo orgulloso de una hija mujer, y que creía en que ella llegaría para cosas grandes. Amaba a su hija y creía en la educación de ambos géneros sin distinción. Un hombre instruido y sin prejuicios de género, que en su sociedad es difícil de encontrar.

La madre era una mujer religiosa y piadosa, los niños solían pasar la mayor parte del tiempo bajo el cuidado materno.

En el verano en que nació su familia era muy pobre, su padre había fundado una escuela, que lejos de ser rentable ocasionaba más gastos. Dos años después de Malala nace su primer hermano, y años después el segundo

En su cultura desde su nacimiento la diferencia entre un hijo varón y una hija se hacía notar, si eras niña no había visitas ni regalos, se consideraba una especie de desgracia.

 

 Las niñas debían cocinar y servir a sus hermanos y padres. Mientras que los muchachos y los hombres se movían libremente por la ciudad, no podían salir sin que un pariente varón las acompañase. ¡Incluso aunque fuera un niño de cinco años! Ésa era la tradición.

Pero Malala había decidido desde pequeña que no para ella no sería así, su padre decía “Malala será libre como un pájaro” mientras ella se preguntaba qué grado de libertar podría tener una niña.

Es de hacer notar que su abuelo era un hombre destacado famoso por sus discursos. Enseñaba teología en un colegio del gobierno en la aldea de Shahpur. También era imán en la mezquita local. Su oratoria era irresistible. Sus sermones de los viernes eran tan populares que venía gente de las montañas, a pie o en burro, para escucharle. El genograma de Malala estaba integrado por generaciones, notables dentro de su sociedad, por lo que se entiende que ella fuera una chica con mucho potencial, y deseosa de salir del esquema cultural de la mujer de su cultura.

La abuela por parte paterna siempre creyó que su hijo estaba destinado para grandes cosas. Fue la fe de ella quien lo empodero a buscar un camino digno, que pudiera transferir. Ese es el camino que más tarde este hombre enseño a su hija.

Empezó a estudiar para su graduación en un momento importante de la historia de Pakistán. Aquel verano, mientras caminaba por las montañas, el dictador Zia murió en un misterioso accidente aéreo, que, según se decía, fue causado por una bomba escondida en una caja de mangos. Durante el primer curso de sus estudios se celebraron elecciones, que ganó Benazir Bhutto, la hija del primer ministro que había sido ejecutado cuando el era un niño. Era la primera vez que una mujer accedía al cargo de primer ministro en el país y en el mundo islámico. De repente, había mucho optimismo sobre el futuro.

La infancia de Malala transcurrió en un hogar cálido, y con juegos de niños comunes en su aldea, como el de jugar a las bodas y ataviarse con joyas, corriendo por los pastos y ayudando en las labores propias del hogar a su madre. Asistiendo a la escuela y haciendo amigas.

Pero a medida que se hacía mayor, la aldea empezó a parecerle aburrida. El único televisor estaba en casa de una de las familias acomodadas. Nadie tenía ordenador. Las mujeres ocultaban su rostro siempre que salían de los aposentos purdah y no podían hablar ni encontrarse con hombres que no fueran parientes próximos. Ella por el contrario llevaba ropa bonita y no me cubría la cara, ni siquiera con la adolescencia. Uno primo varón se indignó y preguntó a su padre: «¿Por qué no va cubierta?». Él repuso: «Es mi hija. Ocúpate de tus asuntos». Pero algunos miembros de la familia pensaban que la gente chismorrearía sobre ellos y dirían que no cumplíamos el pashtunwali.

 

Malala se sienta muy orgullosa de ser pashtún, pero a veces pensaba que el código de conducta tiene la culpa de muchas cosas, particularmente en lo que se refiere al tratamiento de las mujeres. Una mujer llamada Shahida que trabajaba para su familia y tenía tres hijas pequeñas contaba  que con sólo diez años su padre la había vendido a un hombre anciano que ya tenía una esposa pero quería otra más joven. Cuando las jóvenes desaparecen no siempre es porque las casan. Había una hermosa joven de quince años llamada Seema. Todo el mundo sabía que estaba enamorada de un muchacho y a veces él pasaba por delante y ella le miraba bajando sus largas pestañas que eran la envidia de todas las chicas. En su sociedad una joven que coquetea con un hombre trae la vergüenza a la familia. Eso sólo está bien para los hombres. Más tarde se dijo que se había suicidado, pero se descubrió que su propia familia la había envenenado.

Esta historia real es todo un viaje por el desarrollo del niño y del adolescente, ya que se ve reflejada la importancia de una formación integral de un niño incluso desde el vientre materno. Los padres de nuestra protagonista tenían la convicción de hacer que el trato igualitario entre hombres y mujeres era lo correcto, para la formación de sus hijos, aun en contra del sistema de creencias de su cultura.

Al nacer en un entorno rodeado de naturaleza, amor, motivación para la formación académica y apoyo incondicional de sus padres y sobre todo el cuidado directo Dr. su madre, ella tiene un alto potencial para que su desarrollo favorezca la superación en todos los sentidos.

Cognitivamente era una niña motivada a tal grado de hablar tres idiomas, el amor hacia ella era manifestado en diversos lenguajes con palabras de aprobación, gestos de amor y tiempo dedicado a largas conversaciones con padres y hermanos.

Al volverse una adolescente todo lo que fue sembrado en ella era una revolución, que necesitaba ser explotada, por el ímpetu que es típico de estos años. Es por esto que encausa su energía en luchar por los derechos vetados a las mujeres, de su cultura. A pesar se su deseo de ser Doctora su padre la convence para que sea una activista.

El miedo no la detuvo y por diferentes medios a la edad de doce años, denuncio que el derecho humano a la educación les era vetado a las mujeres, solo por su género. Alzo su voz aun a costa de su propia vida.

El nueve de octubre del 2012, es víctima de un atentado por los pakistaníes, quienes camino a su escuela le disparan tres tiros.

Increíblemente sobrevive, y ella y su familia se mudan a Inglaterra, donde están seguros.  Desde ahí y extrañando mucho su hogar, inicia su labor como activista en favor de la educación de las niñas de su país.

En 2013 público su bibliografía y en el 2014 gana el Premio Nobel de la paz a los 17 años.

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